Hay plataformas elevadoras que se estacionan cuando no están en uso debajo del chasis del vehículo en la parte trasera. Este tipo se denomina plataforma retráctil. Para poder ser utilizado, obviamente debe poder moverse externamente a la parte trasera, todo este proceso se lleva a cabo gracias a todo el sistema de deslizamiento. Hay dos tipos de correderas que los fabricantes han desarrollado a lo largo de los años. La primera, más económica, se realiza a través de guías de aluminio con soportes soldados o atornillados al chasis principal de la plataforma elevadora, que se deslizan en su interior. Para ello, están equipados con rodillos, rodamientos de polizeno o plástico. En este caso, la traslación se realiza gracias a un motor hidráulico, que gira en una dirección u otra opuesta gracias a dos electroválvulas diferentes. La rotación del motor actúa sobre un eje tan largo como el ancho del banco sobre el que se montan los piñones que giran sobre una cremallera unida a las guías deslizantes.
El otro método adoptado consiste en la aplicación al chasis del camión de dos guías redondas huecas o sólidas de cromo o aluminio especialmente tratadas, sobre las que se deslizan los soportes que soportan el elevador trasero. Estas cuentan en su interior con casquillos autolubricantes que les permiten entrar y salir por deslizamiento ya que la superficie de las guías es extremadamente lisa. En este caso, la solución adoptada para la entrada y salida de la plataforma elevadora implica el uso de un cilindro de extensión hidráulico que puede ser simple o acoplado. Este último se define como tal porque implica la soldadura de dos cilindros para desarrollar una carrera mayor sin que la varilla cromada del cilindro se vea afectada y doblada. Todos los productos que se ocupan de la traducción de las plataformas elevadoras retráctiles que acabamos de mencionar se pueden encontrar en esta categoría.